Consolidación de deudas: Qué es, cómo funciona y qué debes considerar antes de hacerlo

El sobreendeudamiento se ha vuelto una realidad para millones de personas en Chile. Según el 48° Informe de Deuda Morosa de Equifax, correspondiente al primer trimestre de 2025, más de 3.909.120 personas están morosas, lo que equivale al 24,8% de la población mayor de 18 años. El uso excesivo de tarjetas de crédito, préstamos de consumo y líneas de sobregiro ha llevado a muchas familias a perder el control de sus finanzas.

Frente a este escenario, una alternativa que suele aparecer como solución es la consolidación de deudas. Esta herramienta financiera permite agrupar todas las deudas en una sola, lo que puede facilitar el pago mensual y entregar una sensación de orden. Sin embargo, no todas las personas califican para acceder a ella y, en muchos casos, puede agravar el problema si no se usa con responsabilidad y planificación.

En este artículo de Legalfit te explicamos en qué consiste la consolidación de deudas, cómo funciona en Chile, quiénes pueden acceder a ella, cuáles son sus beneficios y qué riesgos debes considerar antes de tomar una decisión.

¿Qué es la consolidación de deudas y cómo funciona?

La consolidación de deudas, también conocida como compra de cartera o refinanciamiento, es una herramienta financiera que permite agrupar varias deudas en una sola. Esto se logra cuando una institución financiera otorga un nuevo crédito para pagar las obligaciones vigentes que una persona mantiene con distintos acreedores.

En la práctica, en lugar de seguir pagando múltiples cuotas a diferentes instituciones, como bancos, casas comerciales o cooperativas, el deudor pasa a tener una sola deuda con un único acreedor. Esta operación busca simplificar el pago mensual, mejorar el orden financiero y, en algunos casos, evitar caer en morosidad o en registros comerciales como DICOM.

¿Cómo se lleva a cabo el proceso?

Para consolidar tus deudas, debes acercarte a una institución financiera formal y regulada, como un banco o cooperativa supervisada por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF). Estas entidades evaluarán si eres sujeto de crédito, es decir, si cumples con las condiciones necesarias para asumir un nuevo préstamo.

Durante esta evaluación se analizan aspectos como:

  • Tu nivel de ingresos y estabilidad laboral.
  • Tu carga financiera total (cuántas deudas tienes y por cuánto).
  • Si tienes bienes a tu nombre.
  • Tu historial de pago y si estás en registros como DICOM.

Si cumples con los requisitos, la entidad aprueba un nuevo crédito por el monto necesario para pagar tus otras deudas. En la mayoría de los casos, no se entrega el dinero directamente al deudor, sino que el acreedor paga las deudas anteriores mediante vales vista o transferencias a los otros acreedores. Si se entrega el dinero, este será de libre disposición, aunque su uso ideal debería ser el pago de las obligaciones pendientes.

¿Qué tipo de deudas se pueden consolidar?

En general, todas las deudas pueden ser consolidadas, siempre que seas sujeto de crédito. Esto incluye:

  • Tarjetas de crédito bancarias o comerciales.
  • Créditos de consumo.
  • Créditos hipotecarios.
  • Saldos en líneas de sobregiro o cuentas corrientes.

El objetivo final es que el deudor quede pagando una sola cuota mensual a una única institución, lo que puede facilitar el control financiero… pero no necesariamente implica pagar menos en el total del crédito. Por eso, es clave evaluar cada caso con cuidado y con apoyo profesional.

¿Quién puede acceder a una consolidación de deudas  y en qué casos no es recomendable?

La consolidación de deudas puede parecer una solución atractiva para quienes buscan salir del sobreendeudamiento, pero no todas las personas califican para acceder a este tipo de crédito, ni en todos los casos es la mejor alternativa.

¿Quiénes pueden acceder?

Para que una institución financiera autorice un crédito de consolidación, es indispensable cumplir con ciertas condiciones mínimas:

  • Ser sujeto de crédito, es decir, tener un perfil financiero considerado “apto” por los bancos o cooperativas.
  • Tener ingresos estables y comprobables, ya sea por contrato de trabajo, boletas o actividad independiente regular.
  • Mantener deudas vigentes, pero aún en etapa de pago, sin haber caído en mora grave o en registros de morosidad como DICOM.

Además, contar con bienes a tu nombre o algún tipo de garantía puede facilitar la aprobación del crédito, sobre todo si el monto que se necesita consolidar es alto.

¿En qué casos no es recomendable o no se puede acceder?

Si bien el objetivo de este mecanismo es ayudar a ordenar las finanzas, hay situaciones en las que puede ser inviable o incluso contraproducente:

  • Estar en DICOM o en mora con alguna deuda: esto hace que la persona ya no sea sujeto de crédito y, por lo tanto, no pueda acceder a nuevas líneas de financiamiento.
  • No tener capacidad de endeudamiento: si ya tienes demasiados compromisos financieros vigentes, es probable que ninguna institución te apruebe un nuevo crédito.
  • Ingresos irregulares o inestables: si no puedes demostrar una fuente de ingresos sólida y constante, las entidades no podrán evaluar tu capacidad real de pago.

En esos casos, insistir en consolidar la deuda puede llevar a la frustración o a caer en ofertas poco confiables de prestamistas informales, lo que solo agrava el problema.

¿Qué considerar antes de tomar esta decisión?

Incluso si cumples con los requisitos, es importante hacer un análisis realista de tu situación. Consolidar una deuda no es una solución mágica, y si no existe un cambio en los hábitos financieros, puede convertirse en una salida temporal que termina en una situación más grave.

Antes de firmar cualquier nuevo crédito, es fundamental preguntarse:

  • ¿Voy a poder pagar esta nueva cuota sin volver a endeudarme?
  • ¿Qué pasará si libero cupos de mis tarjetas o líneas de crédito anteriores? ¿Puedo evitar volver a usarlos?
  • ¿Estoy ordenando mis finanzas o simplemente ganando tiempo?

La respuesta a estas preguntas te puede ayudar a definir si realmente estás ante una oportunidad de orden financiero o solo frente a un nuevo riesgo.

Beneficios y riesgos de consolidar tus deudas

Consolidar tus deudas puede parecer una solución efectiva para quienes se sienten abrumados por múltiples pagos mensuales. Y en ciertos casos, lo es. Pero también puede convertirse en un problema mayor si no se evalúa bien la situación o si se usa sin planificación.

Beneficios de la consolidación de deudas

Uno de los principales beneficios es la simplificación financiera: en lugar de tener varias cuotas con distintas fechas, montos y acreedores, pasas a tener una sola cuota mensual con un solo acreedor.

Además, si se hace a tiempo, puede ayudarte a evitar caer en mora o en DICOM, lo que tiene un impacto positivo en tu historial crediticio. También puede ofrecer una sensación de orden y estabilidad, lo que muchas veces disminuye el estrés asociado al sobreendeudamiento.

Otro beneficio frecuente es que, dependiendo del plazo del nuevo crédito y la tasa de interés que consigas, la nueva cuota mensual puede ser más baja que la suma de tus pagos actuales. Esto puede ayudarte a liberar parte de tus ingresos para otros gastos necesarios.

Riesgos a considerar en una consolidación de deudas

Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. El principal riesgo de consolidar deudas es que, al hacerlo, se liberan cupos de crédito (como tarjetas o líneas de sobregiro) que podrían tentarte a volver a usarlos. Si no existe una planificación clara y disciplinada, puedes terminar acumulando más deuda que antes.

Además, muchas veces, aunque la cuota mensual sea más baja, el costo total del crédito termina siendo mayor. Esto ocurre porque el nuevo préstamo puede extenderse por más años y aplicar tasas de interés distintas, lo que significa que pagarás más en total, aunque en plazos más cómodos.

Otro riesgo es caer en la conocida “bicicleta financiera”: una estrategia en la que se piden nuevos créditos solo para cubrir los anteriores. En este escenario, la consolidación no resuelve el problema, sino que lo disfraza temporalmente.

La clave está en la planificación

Para que la consolidación de deudas sea realmente efectiva, debe ir acompañada de una planificación financiera responsable. Es fundamental que el nuevo crédito sea viable a largo plazo y que el deudor se comprometa a no adquirir nuevas obligaciones mientras esté pagando esa deuda consolidada.

Sin una estrategia clara y realista, esta solución puede convertirse en un ciclo sin fin que termina en una situación aún más crítica.

¿Qué alternativas existen si no puedes realizar una consolidación de deudas?

La consolidación de deudas no es una opción viable para todas las personas. Si ya estás en mora, apareces en DICOM o simplemente no tienes capacidad de endeudamiento, es probable que ninguna institución financiera esté dispuesta a otorgarte un nuevo crédito. Pero eso no significa que no existan soluciones. En Chile, el marco legal ofrece alternativas reales y formales para enfrentar el sobreendeudamiento de forma responsable.

Renegociación de deudas ante la Superintendencia de Insolvencia

Si tienes múltiples deudas y aún no han iniciado juicios en tu contra, puedes acogerte a un procedimiento de renegociación de deudas ante la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir). Este proceso permite reordenar tus compromisos financieros con todos tus acreedores, a través de un plan de pago que se ajusta a tu realidad económica.

Es una opción 100% legal, gratuita y sin la intervención de tribunales. Solo necesitas cumplir con ciertos requisitos básicos y estar dispuesto a llegar a acuerdos y, si lo necesitas, puedes contar con asesoría legal para su preparación, presentación y tramitación.

Liquidación voluntaria

Cuando la situación económica ya es crítica y no hay ingresos suficientes para sostener un plan de pagos, se puede optar por una liquidación voluntaria. Este es un procedimiento judicial que permite declararte en insolvencia y liberar tus deudas, mediante la entrega y realización de tus bienes (si los tienes), bajo supervisión legal.

Aunque es un paso más radical, puede ser la única salida cuando ya no es posible seguir pagando y necesitas partir de cero sin la presión de tus acreedores.

Defensa ante juicios de cobranza y resguardo patrimonial

Si ya estás enfrentando acciones judiciales de cobro (como demandas, embargos o notificaciones), es importante que busques asesoría legal especializada. En Legalfit, podemos ayudarte a defenderte en juicio y evaluar otras vías para frenar el avance de las cobranzas.

A veces, una buena defensa jurídica puede darte tiempo para reorganizar tus finanzas o incluso negociar mejores condiciones de pago.

¿Cómo saber cuál alternativa te conviene?

La mejor opción dependerá de tu situación particular: el nivel de ingresos que tienes, el monto total de tus deudas, si cuentas con bienes, y si ya existen juicios en curso. Por eso, es clave analizar tu caso con abogados especialistas en deudas que puedan orientarte en función de la ley y de tu realidad económica.

En Legalfit, te ayudamos a evaluar tu situación y encontrar la mejor salida posible, sin falsas promesas ni soluciones parche.

¿Consolidar o no consolidar una deuda? Consulta con expertos

La consolidación de deudas puede ser una solución útil para quienes aún conservan capacidad de pago, no están en DICOM y necesitan simplificar sus obligaciones financieras. Pero también puede convertirse en un riesgo si se toma sin planificación, con expectativas poco realistas o como un intento desesperado por “tapar el hoyo”.

Si estás enfrentando dificultades económicas, es fundamental evaluar con claridad tu situación, entender tus opciones legales y evitar decisiones que puedan empeorar tu deuda en el largo plazo.

En Legalfit te podemos ayudar a:

  • Analizar si realmente calificas para consolidar tus deudas.
  • Identificar riesgos antes de asumir nuevos créditos.
  • Orientarte sobre alternativas legales como la renegociación o liquidación.
  • Defenderte si ya estás enfrentando acciones judiciales.

Contáctanos a través del formulario y agenda una asesoría legal gratis con nuestro equipo legal y toma decisiones informadas.

Defensa en juicios de cobranza y embargos

En Legalfit defendemos a personas y empresas en juicios de cobranza iniciados por bancos, casas comerciales, Tesorería y otros acreedores. Aplicamos estrategias personalizadas como oposición a la demanda, prescripción, nulidad de notificaciones, tercerías y protección del patrimonio. Contamos con un equipo experto en defensa de deudores.